La tecnología nos facilita las tareas del día a día y nos permite gestionar un ingente volumen de información pero, a la vez, en algunos casos puede suponer una pérdida de control sobre los propios datos y el acceso. ¿Cuáles son las principales razones por las que la confidencialidad es crucial en la atención sanitaria?
En la atención sanitaria se necesita acceso a los datos íntimos del paciente, a su vida privada y a su cuerpo, que son facetas muy apreciadas y que forman parte de la individualidad más personal de cada uno. Esta revelación de la intimidad hace vulnerable al paciente; si, además, se divulga, entonces se rompe el contrato tácito entre paciente y profesional de utilizar los datos obtenidos y generados por el acto sanitario para uso exclusivo de la salud. Además, más allá de la conciencia profesional y deontológica de que es importante preservar la confidencialidad, la ley impone determinadas obligaciones al respecto, que evidentemente es necesario respetar.
¿Cómo se gestiona la confidencialidad de los datos de los pacientes en el Hospital de Barcelona? ¿Cuáles son las políticas y procedimientos para la protección de la información? ¿Es un aspecto que siempre se tiene en cuenta en todos los estamentos?
La propia existencia de la Comisión de Ética Asistencial en un hospital como el nuestro y la impartición de sesiones como esta que lleva por título “Confidencialidad: seamos conscientes” ponen de manifiesto la importancia para la institución de observar la confidencialidad; es un aspecto clave de nuestra organización. En el Hospital de Barcelona, el acceso a los datos del paciente está protegido, en primer lugar, por los estrictos contratos de confidencialidad de los profesionales sanitarios. En segundo lugar, la personalización de la entrada a los datos informatizados hace que cada profesional tenga un menú de acceso propio acorde con la actividad realizada y que no pueda ir más allá, ya que cada usuario tiene una clave de acceso individual que protege al sistema.
¿Cómo se abordan las situaciones en las que existe un conflicto entre la confidencialidad de un paciente y otras consideraciones éticas o legales?
Afortunadamente, gracias a las medidas preventivas y formativas llevadas a cabo, no hemos tenido que afrontar situaciones críticas al respecto, pero disponemos de protocolos de actuación que establecen los pasos a seguir. Desde la Comisión de Ética, hemos revisado los procesos para que no entren en conflicto con la confidencialidad. A grandes rasgos, la respuesta en cuestiones de este tipo será el resultado de analizar cómo se ha originado el conflicto y la coordinación entre los estamentos implicados.
¿Qué recursos o herramientas tecnológicas se utilizan para proteger la información de los pacientes? ¿Se puede preservar incluso en situaciones de emergencia médica?
En este caso, la tecnología es una aliada en la gestión de la confidencialidad e, incluso en casos extremos o de urgencia (habituales en el ámbito médico), disponemos de medios para preservarla. Como hemos mencionado en la respuesta a una pregunta anterior, el acceso a los datos del paciente está protegido por un menú de acceso propio para cada profesional de acuerdo con la actividad que realiza; su clave le impide ver lo que no le corresponde.
¿Qué consejos o recomendaciones podrían ser útiles tanto para los profesionales de la salud como para los pacientes en relación a la confidencialidad en el entorno hospitalario?
El respeto a la confidencialidad es un mensaje básico que debe inculcarse al conjunto de la sociedad, con especial atención al ámbito sanitario pero no solo aquí, ya que cualquier persona en un momento determinado puede ser un paciente y, por tanto, tendrá que afrontar conflictos. Es esencial saber que nunca deben divulgarse los datos de los pacientes adquiridos durante el ejercicio de la profesión y, ante la posibilidad de que haya una transmisión, siempre es necesario pedir permiso al paciente para saber a quién quiere que se comuniquen estos datos. Las únicas excepciones se dan si la ley especifica lo contrario y si se contradicen las recomendaciones deontológicas de la profesión.