La Comisión de Infecciones del Hospital de Barcelona participa en el programa docente con una interesante sesión sobre la viruela del mono, cuya aparición y propagación ha sido protagonista de la actualidad reciente. Medicina interna, farmacia y enfermería trabajan conjuntamente para atender los casos de viruela del mono detectados en el centro y responden algunas preguntas para arrojar luz sobre las dudas más frecuentes.
La viruela del mono coincide con el fin de una pandemia de efectos globales y adquiere visibilidad en plena retirada de las medidas de protección. Ante una población sensibilizada con estas situaciones, ¿podemos explicar brevemente en qué consiste este “nuevo” virus, origen, síntomas y tratamientos?
La viruela del mono (en inglés Monkeypox) es una enfermedad zoonótica, es decir transmitida por animales y de causa viral. Se llama así porque fue descubierta en 1958, cuando ocurrieron brotes de una enfermedad similar a la viruela en colonias de monos usados en investigación. El primer caso humano fue en 1970 en una aldea de República Democrática del Congo. El infectado fue un niño de 9 meses no vacunado y que había comido carne de simio.
Hasta ahora los brotes de la infección se habían concentrado en África central y occidental y eran importados desde allí. Sin embargo, desde mayo de 2022 y tras varios casos identificados en Reino Unido, numerosos países han comunicado casos confirmados y cadenas de transmisión sin vínculos con países endémicos.
El cuadro clínico suele empezar con un cuadro prodrómico: fiebre, cefalea, dolor lumbar, mialgias, artralgias, astenia o linfadenopatías y, a los 1 y 5 días de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción. La erupción suele empezar en la cara y luego extenderse a las extremidades y otras partes del cuerpo. Puede afectar a palmas y plantas. En la transmisión sexual las lesiones se suelen localizar en zona genital, perianal y perioral.
¿La viruela del mono representa una amenaza global como la COVID-19? ¿De qué mecanismos disponemos para protegernos?¿Disponemos de antivirales y tests efectivos?
La amenaza a día de hoy no es tan grave como la COVID-19 y la mejor protección viene del conocimiento de la transmisión de la infección: el virus ingresa a través de las mucosas (ojos, nariz, boca y mucosa genital), la vía respiratoria o la piel lesionada. Actualmente, la transmisión se está viendo sobre todo con el contacto físico estrecho y directo con las lesiones de la piel o fluidos corporales de la persona infectada, especialmente en el contexto del contacto físico continuado y prolongado. Por otra parte, existe también la prevención mediante la vacunación en pacientes de riesgo. A nivel diagnóstico, existen técnicas efectivas realizadas sobre las muestras de las lesiones. Por último, el tratamiento es sobre todo sintomático y, para los casos graves, también hay disponibles tratamientos antivirales.
¿La asociación con un perfil sociodemográfico determinado o con contactos directos de riesgo es real? Si es así, ¿el resto de la población no se contagiaría?
Dado que la forma de adquisición más frecuente es por vía cutánea y sobre todo a nivel de mucosas, las prácticas sexuales de alto riesgo de enfermedad de transmisión sexual han sido una forma frecuentemente identificada de transmisión, pero no la única.
¿De qué servicios disponen el Hospital de Barcelona y Assistència Sanitària para atender posibles casos de viruela del mono?
La mayoría de los pacientes han sido valorados en el Servicio de Urgencias del Hospital de Barcelona. El centro, además, cuenta con una consulta especializada de infecciones de transmisión sexual (CLIGUR) que puede valorar y hacer seguimiento de los casos cuando su adquisición ha sido vía sexual.
En relativamente pocos años, el descubrimiento y propagación de varios virus han sido noticia por la grave amenaza para la salud de las personas que suponen. ¿Existe ahora más riesgo que hace un siglo o es una cuestión relacionada con la capacidad de la ciencia de detectarlos y estudiarlos? ¿Cuál será el próximo?
Se supone que existen más de un millón de virus desconocidos que podrían dar el salto a la especie humana. El traslado de animales desde su medio habitual, la globalización, la deforestación, los cambios en el uso del suelo, la extracción de recursos naturales y el cambio climático son las principales causas detrás de este problema. Cuál será el próximo virus, no lo sabemos, pero sí sabemos que es responsabilidad del ser humano cuidar del planeta en el que vive.