La nueva dieta se elabora a diario con productos naturales. Después de cocinarlos, los alimentos se procesan con un robot y adoptan una textura específica mediante un espesante. Después, el resultado se introduce en un molde para que se asemeje a la forma original de los alimentos. Platos como los jamoncitos de pollo con judía verdes y salsa de asado o el redondo de ternera con zanahorias y salsa española, gracias a su nuevo aspecto, recuperan el aliciente para pacientes que lo han perdido.
Para garantizar el éxito de la iniciativa, el personal de cocina ha recibido formación específica y, con su implicación, ha dado una óptima respuesta a un reto ambicioso. Las pruebas piloto han demostrado hasta ahora la buena acogida de la iniciativa y la satisfacción de las personas que han participado en ella.