El Equipo de Acceso Vascular del Hospital de Barcelona está integrado por personal experto que configura un área de soporte y referencia para la inserción de dispositivos de acceso vascular (DAV) cualificados, con formación en orientación sobre la selección, colocación, cuidado y mantenimiento siguiendo las buenas prácticas. ¿Por qué es importante que un centro como este disponga de una unidad de este tipo? ¿Cuáles son los beneficios para los pacientes?
La terapia intravenosa es el procedimiento invasivo más frecuentemente utilizado en los hospitales y puede producir más de 250 tipos de complicaciones diferentes relacionadas con la administración de fármacos. La presencia de estas complicaciones se debe, fundamentalmente, a la variabilidad en los criterios de indicación, mantenimiento y sustitución del catéter y a las medidas de higiene en la preparación de la zona de punción. Todo esto puede provocar un deterioro del sistema venoso del paciente e incrementa el riesgo de sufrir infecciones locales y sistémicas y, por tanto, el sufrimiento del paciente y un aumento del uso de los recursos sanitarios. Siempre en beneficio del paciente, una unidad específica es garantía de hacer las cosas como es debido cuando hablamos de terapia intravenosa.
A partir de la sesión que ofrecieron, ¿nos pueden decir los principales indicadores (volumen, tipos...) que caracterizan la tarea llevada a cabo en el período 2022-2023? ¿Cuáles destacarían como principales resultados obtenidos de la experiencia recogida?
Durante el año 2023, en el Hospital de Barcelona respondimos 1.085 interconsultas y canalizamos 1.010 catéteres con técnica ecoguiada. En estos, tuvimos una tasa de complicaciones muy baja: 2% de oclusión del catéter, 0,4% de trombosis y 0,6% de vaina de fibrina. Además, realizamos dos cursos para enfermeras sobre punción ecoguiada de catéter PICC (catéter central colocado por vía periférica) y Midline (catéter periférico más largo que los habituales), además de un curso de manipulación de catéter para TCAI (auxiliares de enfermería).
La medicina está en constante evolución y un centro como el Hospital de Barcelona transforma el tipo de asistencia que presta en función de las necesidades de la población de referencia. ¿Qué retos o áreas de oportunidad identifica como objetivos a alcanzar en los próximos meses y años en la práctica del acceso vascular?
A raíz del curso que realizamos el pasado año, hemos iniciado ya la inserción de catéter Midline en el domicilio del paciente en los programas PAPPA (cronicidad) y HDOM (hospitalización domiciliaria). Es sin duda una ventaja para pacientes que pueden recibir tratamientos intravenosos largos en el domicilio y que ahora ya no tienen necesidad de venir al hospital para la colocación de catéter. Y este año 2024 hemos iniciado también la colocación de PICC-Port, un tipo de dispositivo insertado en el brazo para sustituir en algunos casos el port-a-cath.
Pese a los planes iniciales, algunas cosas salen como estaba previsto y otras no tanto. ¿Pueden decirnos si en el despliegue del programa del EAV se ha observado algún cambio en la incidencia de complicaciones asociadas con los accesos vasculares? ¿Y algún aspecto que ha presentado menos dificultad de lo previsto?
Desde la puesta en marcha del equipo de acceso vascular, han disminuido –podríamos decir que prácticamente han desaparecido– las consultas al equipo de anestesia para la punción de paciente con difícil acceso vascular (paciente DIVA). Es decir, se han terminado las multipunciones a los pacientes y hemos logrado éxito en la primera punción en el 93% de los casos, un dato muy positivo. Con la aplicación de protocolos establecidos durante la inserción y mantenimiento de los dispositivos insertados por el equipo de acceso vascular, hemos alcanzado el objetivo internacional de Bacteriemia Cero.
Para tener la fotografía completa de los resultados, además del punto de vista profesional, es importante evaluar la satisfacción de los pacientes. ¿Cuál ha sido su valoración?
Por el momento no tenemos una encuesta de satisfacción percibida por los pacientes. Pero tenemos claro que lo que no se mide no se puede valorar y, por tanto, mejorar, así que es uno de los principales objetivos del equipo para este año. De todas formas, es indudable que los pacientes, una vez terminada la técnica, siempre nos dicen que no les hemos hecho daño y, además, muchos pacientes que reingresan en el hospital piden específicamente que les atienda el equipo del ecógrafo a la hora de pinchar, factor que muestra la calidad percibida. Y, de forma más general, también salimos en algunas encuestas de satisfacción general y nos felicitan por el trabajo realizado. En definitiva, hasta el momento, los resultados obtenidos son muy satisfactorios.